viernes, 12 de octubre de 2018

Dulce tempestad

Journal de bord


Si nos ponemos a desnudarnos permíteme
que te diga algunas cosas sobre mí,
no prometo que todas sean verdad,
aunque sabes que los viernes nunca miento y que estas palabras ya no son del todo mías.


Lo cierto es que mi café siempre está frío,
y mi sonrisa esconde la primavera

En mi piel siempre es invierno,
pero en mis ojos podrás encontrar un otoño lleno de nuevas oportunidades.

Y hasta que la última hoja caiga yo estaré ahí,
al piel del cañón,
preparada y lista para decirte que ya vendrán tiempos mejores.

Porque no me dejaré caer,
no después de sobrevivir a tantas batallas

Aunque lo cierto es que yo no soy nadie,
solo palabras escritas en tu piel mientras el café se enfría y se escapan nuestras oportunidades


Nuestros "seamos tormenta







juntos"


martes, 25 de septiembre de 2018

A mi yo de ayer

Au début. 


Hoy hace un año que tomaba una de las decisiones que más me iban a cambiar la vida,
aunque soy de las que piensan que todas las decisiones cambian nuestras vidas en mayor o menos medida.

Hoy hace un año que empaquetaba mi vida en dos maletas y me subía al autobús de la muerte que casi 28 horas después me dejaría en la que sería mi casa.

Desde entonces he vivido todas las aventuras que se viven fuera de la zona de confort: la de ir a urgencias sola, abrirte una cuenta del banco, quedarte tirada toda la noche en un aeropuerto...

Pero todo eso no lo he vivido sola,
aquí conocí lo que es una familia, un grupo de gente totalmente diferente a mi, con culturas distintas, con lenguas distintas y hasta con ideas de familia totalmente distintas a la mía.

Aquí descubrí la felicidad de levantarte con nieve en las ventanas
y el calor de una tarde de primavera en la orilla del río.

Aprendí mucho,
muchísimo,
tanto que algunos días pensaba que iba a explotar de tantas cosas para asimilar.

No diré que fue duro,
porque no lo fue.

Nunca he sido de echar de menos mi casa y mi gente de siempre seguía ahí,
ya sea al otro lado de la pantalla, acompañándote al café de la mañana por WhatsApp o presentándose aquí en pleno mercado de navidad.

Tampoco diré que lloré,
sabéis que no soy mucho de eso,
sobreviví a una sola crisis piojil que me hizo darme cuenta que nada es tan dramático como parece.

Y me enamoré,
me enamoré cada uno de los días que estuve aquí.

Me enamoré de la cultura, esa que te da los buenos días, las gracias y te desea una buena mañana cada vez que entras o sales de una tienda,

Me enamoré de mi ciudad, porque ahora también es un poco mía.

Me enamoré de sus calles, de su catedral, de sus vistas preciosas siempre, mires donde mires, aunque sea una calle sin más.

Me enamoré de todos sus paisajes, incluso los de los días tristes.

También me enamoré de la vida aquí, los horarios (aunque no respeten la siesta), las bicis, la gente en la calle lloviendo o nevando.

Y me enamoré de todos los sitios que visité,
los más cercanos y los más lejanos.

Me enamoré de algunas personas,
de niños que te corrigen con una sonrisa y te escuchan, aunque lo que digas no tenga mucho sentido sintáctico.

Me enamoré de los abrazos que saben a casa aunque estés a miles de kilómetros, y más aún si van acompañado de queso fundido o cebolla.

Me enamoré de la paciencia, de las ganas de ayudarme y de guiarme,

Me enamoré hasta de lo que nunca pensé que me enamoraría.

Y entre todos esos amores y calles preciosas (re)conocí a la persona más importante de mi vida: yo.

Me conocí haciendo cosas que nunca pensé que lograría,
me conocí queriéndome más que nunca, hasta la saciedad, hasta el "gracias por estar ahí".

Me conocí con la ilusión de un niño que no para de vivir "primeras veces",
(aquí me he dado cuenta de lo importante que es no dejar nunca de experimentar y hacer cosas por primera vez, porque si dejas de tener primeras veces, entonces es que estás un poquito muerto)

Porque eso nos mantiene vivos,
nos hace crecer,
nos hace felices.

Y tanto aprendí y tanto me creció el corazón que ya no pude volver,
y moví cielo y tierra para acabar aquí un año después,

escribiendo esto y pensando en este año inolvidable desde una ventana con vistas a esa maravillosa vida que un día decidí empezar subiéndome a ese autobús sin saber a dónde me llevaría

Y aunque ahora ya he descubierto la maravilla que son los aviones, espero que por delante tenga al menos un año tan inexplicable como el pasado.

Solo pido  (si me lo permitís), que mi familia siga creciendo, que no se acaben las primeras veces y que nunca deje de hacerme ilusión simplemente el estar aquí.

Porque al final es verdad eso de que dicen que lo mejor está fuera de tu zona de confort,
aunque solo lo descubrirás por ti mismo,



Si te atreves a salir de ella

jueves, 26 de abril de 2018

#YoSíTeCreo

Hoy todas estamos un poquito más muertas. 


Y esa mujer que por fin se decidió a coger a su pequeña, abandonar su casa y dejar su vida atrás por la violencia de género también está un poco más muerta.

Y esa chica de 15 años que empieza a salir con sus amigos y a sentir el miedo de volver a casa está muriendo un poquito más cada día.

Y las que nos ponemos las llaves entre los dedos al caminar solas.

Todas las que tenemos que aguantar que se nos cuestione por nuestros actos y formas de vestir, todas nosotras hoy también estamos un poco más muertas.

Como lo está la que bebe y se divierte, o la que no sale y es una aburrida por quedarse en casa.

Está un poco más muerta la que se despide de su amiga con un "cuando llegues a casa mándame un mensaje que sepa que has llegado bien", o la que en mitad de la calle te llama y te dice "tía, te llamo porque hay un tío en la calle que me da mal rollo"

Y todas esas niñas que van a clase y desde apenas los 5 años tienen que aguantar que les digan que tienen que cuidarse, adelgazar, estar guapas, ser delicadas, maquillarse.
Todas esas niñas crecen muriendo un poquito cada día.

Como muere la que piensa que su novio va a cambiar, que el amor lo puede todo, que solo es un mal día.

Pero hoy todas estamos un poquito más muertas.
Hoy hemos perdido una batalla, pero que ha servido para unirnos mucho más en esta guerra.

Yo no soy muy partidaria de escribir aquí este tipo de cosas, pero hoy no quepo en mi la decepción, hoy se me desbordan las palabras y las lágrimas por vivir en este país de vergüenza donde no se considera violación que 5 tíos te metan en un portón y te violen por todos tus agujeros, te graben, te abandonen y todavía te culpen por no haber peleado lo suficiente.

Porque ese es el problema, que no peleaste lo suficiente.

Porque vivo en un país donde tienes que saber defenderte de 5 tíos que te van a violar y es tu culpa si no lo haces.

Porque vivo en un país donde lo primero que te preguntarán si vives una situación de machismo es qué llevabas puesto.

Donde la palabra zorra y puta está a la orden del día.
Donde no puedes disfrutar del sexo y esperar que no te ocurra nada, o salir y esperar que nadie te ataque solo por el hecho de querer disfrutar de tu vida.

Y siento vergüenza por mi país, porque haya gente que no vea que es una aberración que esto siga sucediendo.

Porque tengo que agachar la cabeza cuando me preguntan si es cierto que esto está sucediendo AHORA en España.

Cuando te preguntan si tu alguna vez has sentido ese miedo.

Y que te miren sin entender cómo esto es posible, cómo esto sucede en la actualidad, en lugares "desarrollados".

Hoy me siento herida.

Todas estamos heridas, un poquito muertas.

Como lo están todas las que lucharon por nuestros derechos, porque pudiéramos votar, trabajar, tener el carnet del coche o decidir si ponernos falda o pantalón.

Hoy todas estamos un poquito muertas,
o ellos nos han matado un poquito más.

Pero esto es solo una batalla,
ella no está sola,
como no lo estaban las mujeres que lucharon por nuestros derechos,
como no lo están todas las que han caído en esta guerra

Hoy somos más,
hoy somos más fuertes,
hoy nos han quitado tanto que nos han quitado hasta el miedo,
hoy lloramos y gritamos porque no vamos a tolerar esto.


Y yo hoy lloro por mi país,
por una justicia que no es justa,
por una sociedad en la que no quiero vivir,
por tener que tener miedo y cuidado,
hoy lloro por sobrevivir en un mundo que me ataca, me juzga, me cosifica y me hace competir con mis compañeras solo por ser mujer.


Hoy lloro porque la lucha sera difícil,
porque no quiero esto para mi hija, mis alumnas, mis amigas, las hijas de mis amigos, mis nietas y las nietas de mis nietas.

Hoy lloro y me levanto porque demostraremos que si ellos son Manada, nosotras seremos la selva que se levanta contra el lobo, que le enseña que la unión hace la fuerza, que no somos una, que somos todas las muertas, las que morimos cada día y las que morirán.

Porque esta guerra solo acaba de empezar.


Y seremos la granada que explote la historia,
la llama que no podrán extinguir.

Seremos el fuego que acabará con esto y renacerá de sus cenizas,
seremos todas esas aves que algún día libres.

Y la libertad empieza hoy,




porque hoy todas estamos un poco más muertas y ya no tenemos miedo de luchar.

martes, 3 de abril de 2018

El miedo

Esa carrera de fondo

Iba de cabeza,
y me iba a tirar con todo.

Iba a entrar en la puta boca del lobo sin tener ni idea de si saldría de allí.

Como una estúpida Kamikaze que solo tiene un objetivo en mente.

Y en ese instante,
en ese momento en el que supe que no habría vuelta atrás estuve segura:

Las cosas iban a salir bien,
porque no hay nada que nos haga luchar con más fuerza que las ganas de cambiarlo todo.


Y yo no había llegado hasta allí para mandarlo todo a la mierda y volver a la casilla del principio.

domingo, 18 de febrero de 2018

Llueves

A veces nos empeñamos en darnos segundas oportunidades.

Nos metemos en la piel de otro que no somos nosotros y paseamos por las calles intentando que nadie vea que esos no son nuestros zapatos.

Miramos a la vida a los ojos y la desafiamos a tomar nuestras propias decisiones,
le decimos que ahora somos nosotros los que vamos a buen puerto.

Pero las reglas no son tan simples y cambiar la carcasa no cambia el interior, por mucho que cambies el decorado, cambies el ron cola por bebidas sofisticadas y te pongas corbata cuando todos saben que eres más de pantalón de deporte.

Quieres cambiar el rumbo y te crees con el poder de decir al viento hacia dónde soplar.

Inocente niño idiota que sueña con ir más allá de su destino.

Que te crees las frases de M. Wonderfull prometiendo poner al alcance de tu mano el rumbo de la historia.

No comprendes que tu rol lo decide el que escribe,
como el autor que sacrifica un personaje por un buen final.

No te hagas amigo del narrador, él es solo otro pobre iluso que hace lo que le mandan.

Así que vuelve a casa, quítate esos estúpidos zapatos que no son los tuyos, baila solo en el salón como hasta ahora, sírvete un cubata baratero.

Da los buenos días al sol en calzoncillos otra mañana más.




Asume que hay batallas que tu no tienes luchar,
que a lo mejor no eres el protagonista de esa historia que sueñas.





Que tal vez tu deseo no es más que un molino disfrazado de gigante

lunes, 12 de febrero de 2018

Llámalo chispa, o ponle incendio.

Que te besen con tantas ganas como miedo.


Que cada beso sea como la primera vez.
Que no se acabe el brillo en los ojos,
que no se ralentice la respiración.

Que no entremos en la soberbia de los que se dan las buenas noches
otro día más.

Consigamos que los adultos sean de nuevo niños,
con miedos, con inseguridades,
dispuestos a llorar
también de alegría.

No te acostumbres,
no te adaptes.

No dejes de valorar.

Mantén la incertidumbre,
el qué pensará.

Tiembla cuando no sepas qué decir,
sonrójate como las primeras veces.

Que la vida es demasiado corta,
y te vas a cruzar con muchas personas
como para el amor se vuelva solo


otra tarea más.


sábado, 27 de enero de 2018

Enlatadas

Por un segundo fue reina del recital

"Entonces me besó,
y en ese beso se rompió,
lloró, gritó, pataleó,
se reparó, voló,
nació y también murió,
sufrió, brilló,
sonrió, corrió,
bebió, cantó
saltó
y solo después miró.
Se esfumó"

En ese beso encerró todas las ola del mar


Y yo ahora solo sueño con que me vuelva a besar.